lunes, 7 de septiembre de 2009

En memoria de Oli


Quiero que esta primera entrada de mi blog, sea una vía de escape del dolor que llevo acumulado desde que el pasado miércoles nos dejase para siempre nuestra querida gata Oli.
Dolor es lo que siento. Me da lo mismo que la gente te tome por loco por estar jodido cuando se muere un animal. Que te vengan con gilipolleces como "peor es que se te hubiese muerto tu padre, o tu hijo o tu mujer...". ¿No jodás?. ¡Ya lo sé!.Pero hay cosas que no tienen consuelo y esta es una de ellas.
Oli llevaba con nosotros desde que la cogimos de la protectora en diciembre de 2004, junto con Pebre (su "hermana"), no tenían ni un mes de vida. En estos 5 años, mi vida y la de mi mujer ha cambiado y mis gatas siempre estuvieron al lado. Nunca olvidaré cuando siendo una cachorrilla Oli me venía a visitar a la cama y no se movía, porque yo estaba convaleciente de una gripe que me tuvo 10 días en cama. En enero de 2006 llego nuestro hijo y le cuidó como si fuese suyo. Dormía con él, jugaba con él, se dejaba hacer todas las perrerías que se le pasaban por la cabeza a Luisito...
Siempre tenía una caricia para nosotros, un lametón de agradecimiento, estar tumbada a nuestro lado cuando veíamos la tele en el salón.
Querida Oli, te echamos mucho de menos. Tu "hermana" no para de buscarte, te echa de menos, está triste, como nosotros. Tu hueco nunca lo llenará nadie. Te juro que pagaría por volver al pasado miércoles 2 de septiembre y evitar que te precipitases por la ventana. Sí, es vuestra naturaleza, sois así y así os queremos.
Mil besos de partes de todos porque siempre te llevaremos en el corazón. Eres nuestro ángel de la guarda.

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